Escojo que Cholula huela a cilantro. Escojo que a sus iglesias les crezcan toboganes para que los niños tengan una buena razón para asistir a misa, que cada domingo los perros callejeros se reúnan a jugar futbol. Escojo a los más tímidos del pueblo para regalar sonrisas, que sean las bicicletas las que den los buenos días, que la música del Zócalo se convierta en el polvo y lo cubra todo, que las vacas sean las reinas de la eterna primavra y que tanto de noche como de día nos acompañe la luna. Escojo la vida, esa que se asoma detrás de los volcanes y se puede sentir desde Cholula.
1 comment:
Escogés bien, Don.
:)
Escoger la vida es siempre la mejor decisión.
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