Tuesday 16 September 2008

Los milagros por cumplir



























Mi primer libro fue una Biblia ilustrada. Me encantaba leerla. Bueno, más que leerla me fascinaba imaginarla, pensar en movimiento todas las ilustraciones. Juro que desde chiquito estuve más de una vez en Judea. Si hago memoria no me cuesta mucho recordar cómo es el paraíso o la piedra de los sacrificios o las tablas de Moisés.


Pero había algo que no me cuadraba, me decía: Si es que en verdad todo esto pasó , ¿Por qué es que ahora no suceden cosas mágicas? ¿Cuándo fue que nos abandonó la fantasía? Me preocupaba la vida diaria, las calles, el camino a la escuela, la gente... hacía mucho (
2000 años?) que ya no pasaban cosas maravillosas. En ayeres era un gordito lleno de ilusiones y ciertamente me faltaba perspectiva para poder interpretarlo todo como una bella metáfora. Pero vamos, ¡Era un niño! Malo hubiera sido que no encontrara la magia.

A más de 20 años de aquella Biblia ilustrada sigo esperando a que vuelva la magia. Algún día podré ver que el mar se parta en dos. Ah, eso si, ya no poseo la misma la ingenuidad, no pienso esperar sentado, mientras aguardo he decidido buscar yo mismo en las historias. Por eso, y por otras cosas, hoy me doy la bienvenida.

Buenos días tengan todas las maravillas!

4 comments:

Arcángel Mirón said...

Daniel, qué buen blog!

Yo también tenía una Biblia ilustrada, "La Biblia para los niños". Me fascinaban las historias de mujeres que se convertían en estatuas de sal, las plagas de langostas y demás horrores y maravillas. Lo leía como se lee un enorme libro de cuentos.

:)

Y sigo buscando la magia.
A veces la encuentro.

Daniel Molina said...

Por la magia hasta la misma Galilea!

Anonymous said...

La magia nos tiene aquí, el encanto comenzó hace tanto.. que ni los primeros historiadores logran recordar.


Na más nos falta recordar lo que tan acertadamente escribía Saint Exúpeggggy: hay que ver con los ojos del corazón.

Anonymous said...

Hey broth, como olvidar la "Biblia Ilustrada", definitivamente no era cualquier "cuentesillo" o "historia barata", pues sus relatos no se reducen a metáforas o leyendas, ya que nos revelan la Verdad que da sentido a nuestras vidas: el Amor!