Saturday 18 October 2008

Ahí viene


“Ustedes disculparán, pero tengo que decir que todos los hombres son unos hijos de puta”, dijo Lulú y al siguiente día ya estaba casada. Pasa. Y seguido. Como cuando mi amigo Fausto cortó con su novia, según él para ser más independiente y a la semana se compró un perro, o como cuando hace calor en las ciudades y nadie lo quiere, o como con el frío de los parques, o las mañanas largas o las noches cortas… Pareciera que a veces necesitáramos de contradicciones.
Pero nomás de vez en cuando, miren que es una pasada armar toda una vida entorno a ellas. Mismo yo ahora, que me juré olvidarle, estoy escribiendo sobre ella.

Malditasea.

6 comments:

manu said...

somos una contradicción andante, lo cual es divertido. eso hace que lo lógico no funcione y hace que planificarlo todo, sea algo muy voltátil.

amor, sexo frío, soledad, cariño, familia, poligamia, casamiento, sexo pago, maduras, jóvenes, hombres, travestis, drogas, cigarrillos.

agua mineral y salir a correr.


saludos!!

Mónica Sánchez Escuer said...
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Mónica Sánchez Escuer said...

No es el mundo, somos nosotros los que necesitamos desear aquello que no tenemos, que no somos, que no vivimos para movernos hacia adelante. El mundo como una gran máquina de contradicciones lo construimos nosotros. No importa que te acuerdes. Sólo no te detengas en el recuerdo, déjalo pasar y el presente llenará tus días.
Siempre, un placer visitart

Daniel Molina said...

Manu, uf! Le diste en el clavo, fíjate que soy un amante de la planificación porque resulta ser que soy un auténtico desorden. Me gusta hacer los planes para después (según yo) darme el lujo de romperlos, así me queda un regusto de desobediencia jijijiji. :) Un abrazo, gracias por tus comentarios!

Admirada Tónic, tienes razón. Somos "nosotros" y no "el mundo" los que construimos esas contradicciones, aunque ahora que lo pienso nosotros somos parte de él... no se, lo que quería y quiero decir es que de nuestras erratas (contradicciones) pueden surgir situaciones y cosas, como en el post, como ahora :)

*El placer es más que compartido.

Tara said...

No me gusta el frío, la humedad me hiela por dentro y, sin embargo, adoro esta azotea mía.
qué sería de nosotros, los contradictorios, si no vivieramos siempre de las disyuntivas que nos vamos creando al caminar?

Ah, y por mucho que jures olvidarla, si no es con un buen alemán que te esconda los recuerdos, lo tienes claro, amigo!!

Shang Yue said...

la próxima vez que vea al doctor Sverennson le preguntaré si los androides somos contradictorios.

por cierto, el hombre que acompaña al perro se parece al que me pasea a mí...
lo digo por los tatuajes...